En el corazón rojo australiano

El destino y una furgoneta del 89 muy querida por mis compis de viaje y por mi nos llevaron hasta Uluru-Kata Tjuta National Park. Uno de mis lugares favoritos del mundo, hasta ahora.  Puede que sea su impresionante tamaño el que me deje con la boca abierta cada vez que pienso en aquellos días o puede que sean, como dicen los originales habitantes del lugar, la fuerza de los espíritus aborígenes que allí habitan. La segunda razón me convence más. De cualquier modo este lugar no deja indiferente a nadie.

Carreteras infinitas de camino al Territorio del Norte

Carreteras infinitas de camino al Territorio del Norte

Después de conducir durante más de 3.000 km por tierras áridas y carreteras infinitas hacia el cielo, una mole de tierra compuesta por piedra arenisca se alzó sobre nosotros, todavía estábamos a unos 60 km de su base pero la forma de Uluru ya se perfilaba en el horizonte junto a las ondas de calor temblorosas que irradiaban del asfalto de la carretera.

Después de la comida nos dirigimos hacia Kata Tjuta, que significa “Muchas Cabezas”,  una formación rocosa a unos 50 km al oeste de Uluru, quizás no impresione tanto como este, pero su magia me hechizó desde el primer momento que lo vi. Esta formación es un conjunto de más de 36 cimas erosionadas, con una estimación de alrededor de 500 millones años de edad. Su composición son rocas formadas por grava y otros tipos de roca como granito y basalto. El punto más alto se eleva a 546 metros por encima del terreno que lo rodea, 203 metros más alto que Uluru.

Kata Tjuta durante la puesta de sol

Kata Tjuta durante la puesta de sol

El recorrido por este lugar, a pesar de ser corto no dejó de ser agotador, el sol todavía caía con fuerza y las moscas del desierto no dejaban de acecharnos. Hacía las 19.00 ya fuimos a tomar el mejor sitio para ver la puesta de sol. Un momento en el que el sol baña de color la gran composición a medida que se va escondiendo.

Una de las más 36 cabezas que componen Kata Tjuta

Una de las más 36 cabezas que componen Kata Tjuta

El día siguiente nos lo reservamos para salir bien temprano a visitar Uluru y su base de 9,4 km. Uluru se alza del suelo a 348 metros de altura, sus dimensiones son inimaginables cuando te las explican. Es muy difícil de imaginar esa maravilla del mundo sin verla, por más que explique hay que estar allí para sentirse una hormiga en medio del desierto.

La majestuosidad de Uluru acorde con el cielo australiano

La majestuosidad de Uluru acorde con el cielo australiano

A las 8 de la mañana empezaba un recorrido gratuito con una guía del parque. Una guía muy inteligente e interesante. Ese mismo día era su último día y soltaba prenda sobre todo los asuntos delicados que le preguntábamos sobre los aborígenes, su situación, y como han sido tratados. Algunos estudios arqueológicos sugieren que los aborígenes han estado viviendo en esta parte inhóspita del mundo durante al menos 22.000 años. Son los Anangu, los que tradicionalmente custodiaban estas tierras. Con el descubrimiento por parte del explorador William Gosse  en 1873 pasó a formar parte del gobierno australiano y llamado Ayers Rock, en honor al consejero del estado de Nueva Gales del Sur Sir Henry Ayers. Desde entonces y cada vez más es una atracción turística, y a pesar de haber firmado acuerdos, como el de 1985, en el que se devolvía la propiedad a los Anangu, la dirección del parque lo lleva “Parks Australia” perteneciente al gobierno del país. Con su descubrimiento y el turismo la vida en Uluru y alrededores ya no volverá a ser la misma. Sus habitantes han cambiado, los han maltratado, y ellos están resentidos. El ícono de la Australia aborigen ha sido expoliado y solo le sirve al gobierno para hacer negocio de él y de sus habitantes originarios.

Una de las perspectivas de Uluru

Una de las perspectivas de Uluru

Su historia empezó hace 600.000 años, primero se formaron las cordilleras, unas pirámides que en su día eran más altas que el Everest. Pero para entender el inicio de esta gigantesca roca mejor es contarlo a través de la tradición aborigen llamada Tjukurpa, los pilares donde se asienta la cultura aborigen y da respuesta a preguntas sobre ¿cómo se creó el mundo? o ¿quién lo creó? Se refiere al periodo de la creación cuando sus ancestros crearon el mundo que hoy conocen.  Para ellos, los antepasados en forma de personas, plantas y animales viajaron y viajaron,  a medida que lo hacían establecieron el mundo como hoy lo conocemos, creando árboles, rocas, cuevas… Estas pruebas son la evidencia física que esto pasó. Y a eso se le llama Tjukurpa. Según ellos los ancestros y sus espíritus siguen habitando esta tierra.

Saliente de Uluru

Saliente de Uluru

Los antepasados de esta región son los Mala (un tipo de liebre del Territorio del Norte de Australia), los Kuniya (una serpiente pitón australiana) y los Liru (serpiente venenosa). Según el Tjukurpa hubo 3 grupos de Mala que vinieron del norte para alcanzar Uluru, después dos de estos grupos se separaron para bajar hacia el sur australiano. Kuniya Tjukurpa explica cómo llegó la pitón desde cientos kilómetros al este de Uluru y ahí se encontró a Liru donde siguen viviendo entre las rocas de Uluru.

Vídeo sobre la historia de la creación contado por una persona Anangu

Recorrer la base de Uluru a través de los ojos del Tjukurpa fue una de las mejores experiencias de mi vida. En varios puntos del recorrido se pueden encontrar tablones informativos sobre la cultura aborigen de esta región. Algunas de las cuevas que se hayan en varios puntos de la gran roca están pintadas, como si de pinturas rupestres se trataran, con los conocimientos que los mayores enseñaban a los nyiinka (chicos de los arbustos) como trazar senderos, cazar kuka (animales comestibles), encontrar los agujeros de agua formados por las lluvias, donde encontrar materiales para armar las herramientas y armas para cazar… Otras cuevas eran destinadas a la gente mayor, gente que era demasiado mayor para participar en algunas ceremonias,  en una de ellas se aprecia el techo de color negro a causa de las hogueras que ahí formaban. Se dicen que sus espíritus todavía permanecen en la cueva.

Agujeros en la roca donde se almacena el agua de la lluvia

Agujeros en la roca donde se almacena el agua de la lluvia

Seguramente los antepasados de los Anangu sigan habitando en esta parte del Territorio del Norte de Australia, a nosotros tres, después de la puesta de sol, nos costó abandonar Uluru y alejarnos a 100 km en busca de un lugar para acampar, ¡estoy segura que simpatizamos con ellos!

Uluru durante una puesta de sol atípica

Uluru durante una puesta de sol atípica

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