Rangitoto: El volcán más joven de Auckland

Hace tan solo 600 años que surgió de las aguas del golfo de Hauraki. El volcán Rangitoto estuvo en activo algunos años antes de que los primeros maoríes llegaran de la vecina isla de Motutapo. Ellos nombraron la isla “Te rangi I totongia a Tamatekapua”, es decir “El día en el que la sangre de Tamatekapua fue derramada”, Tamatekapua era el nombre del jefe de la canoa “Te Arawa” que llegó en el año 1350. Las tribus maoríes no vivieron nunca permanentemente en la isla, la usaban solamente para cazar y pescar. Años más tarde, en 1854 el gobierno Europeo compró la isla Rangitoto (2.311 hectáreas) a los dueños maoríes por 15 libras. En 1890 se convirtió en dominio público. Ahora es una isla preservada de los animales nocivos para poder conservar la flora y la fauna.

Kowhai Grove, uno de los caminos con vegetación más densa

Mckenzie Bay Road,suelo de lava volcánica y vistas de la ciudad de Auckland al fondo

Sólo poner un pie en la isla te das cuenta de la paz que se respira, lo único que se oye son los silbidos de algunos pájaros y zumbidos de algún insecto, los únicos habitantes de la isla. Las vistas son inéditas, con más de 200 especies de plantas y árboles, donde por supuesto se incluyen la Silvern Fern (helecho plateado), uno de los símbolos de Nueva Zelanda. Además de la flora y la fauna la isla conserva algunas de las casas de verano llamadas “Bachs”. Casitas construidas a finales de los años 30 del siglo pasado para veranear y dónde habitualmente se celebraban fiestas, competiciones de pesca, conciertos y otros eventos.

Variedad de flora que se puede encontrar en la isla, primera vista del «Silverfern»

Uno de los pocos habitantes de la isla

Una de las Bachs (casas de verano) que se conservan en la costa de Rangitoto

Hay diversos recorridos para llegar al cráter, el más directo es el Main Summit Track pero antes uno se puede perder por el camino Kowhai Grove, donde se abre un frondoso sendero en el que visualmente las tonalidades de verde son las protagonistas y los pájaros son los guías de esta pequeña senda. En unos 15 minutos se llega a Mckenzie Bay Road, una carretera que rodea la isla por la costa y por la que se puede llegar, con más tiempo, a la cumbre del volcán. La mayoría de visitantes estarán sujetos al horario del último ferry de vuelta a Auckland, así que lo mejor es tomar el camino directo. El Main Summit track, más empinado y abrupto, recompensa con los mares de lava que se abren en cada paso que se da, salpicados de abundante vegetación. En los últimos 15 minutos de recorrido hasta la cima se vuelve abrir un bosque húmedo donde las raíces centenarias de los árboles recorren hacia abajo el camino. Finalmente, si las nubes lo permiten, los últimos pasos llevan hacia un impresionante paisaje de la bahía de Hauraki. Aquí se pueden contemplar algunas de las islas que la forman, como la isla vecina de Motutapo. Además, en una de las travesías que se bifurcan en el último tramo del trayecto se puede acceder a las cuevas de lava formadas tras la erupción.

Último tramo para llegar al cráter del volcán

Vista desde la cima del volcán

Para deleitarse de los paisajes de la isla se puede llegar con ferry desde el puerto de Auckland, cada día salen 3 ferries hacia el volcán. El precio no es muy asequible (28$ i/v), pero estando en Auckland vale la pena escaparse de los altos rascacielos y calles sobrecargadas. La isla Rangitoto está muy encarada al turismo con amplia señalización y paneles de información. La mejor opción, para disfrutar bien de la isla, es tomar el primer ferry que sale desde la terminal de Auckland y volver con el último que parte de Rangitoto por la tarde.

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