¿Qué nos viene a la cabeza cuando escuchamos la palabra Australia? La respuesta de muchos será costas infinitas con playas paradisíacas, desiertos inacabables con canguros saltando y emús corriendo, multitud de especies de animales… en definitiva un país exótico y salvaje. Y puede que lo sea…pero lo que muchos desconocen es la triste historia que sus habitantes sufrieron con la llegada de la invasión europea. Los aborígenes australianos y los isleños del Estrecho de Torres habitan pacíficamente y plácidamente en este continente desde hace más 50.000 años pero con la llegada de los británicos la población aborigen se vio afectada por las enfermedades tales como la rubéola, la tuberculosis o la viruela y el exterminio directo de la raza. Los motivos fueron diversos, el establecimiento de granjas, ganado, pastoreo y el hallazgo de minerales fueron las primeras razones por las que echar o matar a los aborígenes para quedarse con la tierra o simplemente un sentimiento de superioridad racial llevó a los colonos a maltratar a los originarios habitantes de esta gran isla del pacífico.
El detrimento de la raza empezó hacia 1788 con la llegada de los primeros británicos. Primero fueron las enfermedades, luego la superioridad y la mezquindad de los blancos acabaron con la pureza de la raza, su cultura, sus tradiciones y sus tierras. Por ejemplo, en la isla de Tasmania durante 1804 y 1834 la población aborigen pasó de 5000 personas a ser solamente 200 durante lo que se llamó “La guerra negra de Tasmania”. En el estado de Victoria, de 1835 a 1850 la población aborigen disminuyó en un 60%. El Koorie Heritage Trust de Melbourne dedica un pequeño espacio a este episodio de la historia australiana.
Con la llegada del siglo XX las cosas no cambiaron. El destino de los aborígenes siguió hacia una lamentable situación de la que hoy todavía se resienten. No solamente los hechos macabros que significaron un genocidio, por mucho que algunos lo nieguen, sino la educación en las escuelas estaba basada en el odio racial a los propios habitantes de esta tierra de Oceanía. El historiador Stephen Roberts escribió en los libros de texto “No valía la pena tratarlos justamente ya que son una especie amoral e incapaces de poseer sinceridad y gratitud.” Russel Ward, un colega de este, afirmó “Nosotros somos civilizados y ellos no” o el profesor de antropología A.P Elkin, reconocido como uno de los antropólogos más iluminados en la historia australiana pero de hecho uno de los más conservadores aseguró en 1929: “…algunas razas poseen ciertos poderes en un grado mayor que otras. Así los Aborígenes australianos y los negros africanos son humanos y tienen sus poderes, pero no son necesariamente iguales a las razas blancas o amarillas”. De hecho hasta la segunda mitad del siglo XX los derechos de los aborígenes australianos se vieron mermados por las leyes del gobierno central y estatales. Por ejemplo en 1905 la Aboriginal Act se promulgó para establecer la figura de un “jefe protector” para controlar a los aborígenes, en algunos estados se creaba una figura para custodiar a los niños menos de 16 años y así desplazar el derecho de los propios padres.
Hasta los 70 hubo muchos casos de niños robados, algo que se conoce como “Stolen generations” y se llegaba a justificar el robo de los niños diciendo que los aborígenes eran biológicamente capaces de tener hijos pero no eran socialmente capaces de cuidar de ellos. En un informe llamado “Bringing them home” de 1997 publicado por la Comisión Nacional de Investigación de los Derechos Humanos en Australia se publicó que al menos 100.000 niños y niñas fueron robados de sus padres.
El 27 de mayo de 1967 se celebró el famoso referéndum a favor del control por parte de la Commonwealth de los Asuntos Aborígenes, y así teóricamente mejorar las condiciones de estos. En realidad hubo un cambio mínimo en sus vidas y resultó ser una desilusión entre los jóvenes activistas a favor de los derechos de los aborígenes.
Otra fecha destacada es el 26 de enero de 1972, cuando el primer ministro William McMahon promulgó una declaración nefasta sobre los Derechos Aborígenes. La reacción fue rápida por parte de los activistas aborígenes, quienes se trasladaron hasta el Parlamento de Canberra y acamparon durante 6 meses, algo que es conocido como “Aboriginal Embasssy”. En julio del mismo año el gobierno y la policía aniquilaron violentamente la embajada creada a favor de los derechos de los aborígenes. Sin embargo fue la protesta más efectiva en la historia de las luchas aborígenes.
El siglo XX se caracterizó por la promulgación de diversas actas a favor de las tierras de algunos aborígenes de los diferentes estados australianos. Aun así con la el inicio del siglo XXI la situación aborigen seguía siendo desigual.
Una fecha relevante es el 13 de febrero de 2008, un discurso del primer ministro Kevin Rudd fue visto como un gran elemento de reconciliación entre las dos Australias. El hecho es que no tuvo ningún impacto legal más allá de las palabras bonitas pidiendo perdón por lo que en un pasado se destrozó, robó y asesinó, pero con ninguna compensación a cambio.
Así fue un fragmento del discurso de reconciliación:
«We apologise for the laws and policies of successive parliaments and governments that have inflicted profound grief, suffering and loss on these our fellow Australians,» the apology read.
«We apologise especially for the removal of Aboriginal and Torres Strait Islander children from their families, their communities and their country.
«For the pain, suffering and hurt of these Stolen Generations, their descendants and for their families left behind, we say sorry.
«To the mothers and the fathers, the brothers and the sisters, for the breaking up of families and communities, we say sorry.
«And for the indignity and degradation thus inflicted on a proud people and a proud culture, we say sorry.»
“Pedimos perdón por las leyes y las políticas de los sucesivos parlamento y gobiernos que han causado una profunda aflicción, sufrimiento y pérdidas en nuestros individuos australianos”
“Pedimos perdón especialmente por la “extracción” de niños aborígenes y de los isleños del Estecho de Torres de sus familias, comunidades y país”
“Por el dolor, el sufrimiento y el dolor de estas Generaciones Robadas, sus descendientes y sus familias dejadas atrás, pedimos perdón.”
“A las madres y los padres, los hermanos y hermanas, por romper familias y comunidades, pedimos perdón”
“Y por la humillación y degradación así impuesta sobre una gente y cultura honrada, pedimos perdón”.
El camino hacia la igualdad es muy lento, ni siquiera estoy segura de que llegue algún día. Australia todavía tiene que aprender de sus errores, muchos de sus habitantes ignoran las trágicas historias del pasado, siguen marginando a los aborígenes y los juzgan sin saber de qué hablan. Muchas de las frases que se pueden escuchar entre la sociedad son “si…los aborígenes, esos borrachos de la calle…”, “gente de la que no te puedes fiar”, “cuidado en Alice Springs, hay muchos aborígenes…” “no tienen cultura, ni educación…” y muchas otras de la misma calaña.
Until Australian governments and people are able to accept this reality of history, and properly compensate all the victims of these policies, there can be never be genuine reconciliation or justice for the indigenous people of Australia.
Gary Foley, activista aborígen. 12 de junio de 2000
Para saber más:
En realidad es la historia de muchos países………… es también la historia de América , de Uruguay.- hay una vieja canción que ilustra quienes y como ultrajaron a los indios: «España, Inglaterra, luego Portugal, y ahora son los yanquis que les toca actuar………» comparto contigo la duda si podrá el mundo encontrarse entre todos………….
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