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Pesadilla en el Mar de la China

El 19 de junio de 2013 volvía a estar de nuevo en Manila con dirección a esas playas paradisíacas filipinas de las que tanto había oído hablar. Escogí la isla de Palawan, paradisiaca y cercana a la isla de Luzón.  Para llegar a Corón, una de las municipalidades de Palawan,  se puede ir en barco o en avión. Por supuesto la opción más  barata es el barco, y todavía más barata es la opción que tomé yo, el April Rose, un barco de pasajeros y mercancías de la época de la II Guerra Mundial. Fueron 1000 pesos filipinos (unos 16 euros) y también 1000 pesadillas a bordo. El viaje debía durar 18 horas pero finalmente duró 72.

Estuvimos tres días detenidos en mitad del Mar de la China. Un tifón nos azotó la primera noche. Aquella noche suena a pesadilla cuando la recuerdo, esas pesadillas que quieres que acaben y cuando despiertas te es imposible contarlas con detalles porque no las recuerdas por completo. (Sigue más abajo ↓)

Los dos días siguientes el mar estaba en calma. Anclados esperamos a que los guardacostas dieran permiso para seguir a nuestro destino. La desinformación y el miedo a volver a pasar por otro tifón me hicieron vulnerable y muy atemorizada. Afortunadamente los momentos de miedo se paliaron con las conversaciones llenas de risas con los jóvenes del barco. El primer día nadie se atrevía a hablarme, creían que yo era una yankee que hablaría el inglés perfecto. Después del tifón todos se apiadaron de mí. Con Jerry, un chico filipino,  pasé horas y horas charlando, y con EunicElise, Jenelyn y otras chicas y chicos que trabajaban en el barco cantamos, tocamos la guitarra, reímos, pescamos…

Todo pasó y el sábado 22 de junio llegamos al puerto de Corón. Las nubes se despejaban, la pesadilla se había acabado por fin. Me sentí muy afortunada, tras poner un pie en el suelo de la isla respiré tranquila y emocionada. No podía creer lo que había pasado los últimos días. El sol, el calor, las playas, las aguas, las puestas de sol y la gente que conocí durante esa semana en Corón fueron los mejores regalos para culminar mi paso por Filipinas.