Australia by van

¿Te subes a «la Vane» a dar una vuelta por los territorios más interesantes y únicos de Austalia?

La grandiosidad del Masai Mara

«Salimos a la primera hora de la madrugada y nos dirigimos hacia el norte: a mano derecha teníamos el Océano Índico, invisible desde la carretera, y a la izquierda, primero el macizo de Nguru y luego, y durante todo el tiempo, la estepa de los Masai. La verde naturaleza se desplegaba a ambos lados a lo largo de todo el camino. Hierba alta, arbustos tupidos y enmarañados, sombrillas desplegadas de los árboles… Y así hasta la montaña del Kilimanjaro y las dos pequeñas ciudades situadas en sus inmediaciones, Moshi y Arusha. En Arusha doblamos al oeste, hacia el lago Victoria. Después de 200 kilómetros empezaron los problemas. Habíamos entrado en la inmensa llanura del Serengeti, la más grande concentración de animales salvajes. Mirásemos por donde mirásemos, por todas partes aparecían nutridas manadas de cebras, antílopes, búfalos y jirafas… Y todas estas bestias se pasan la vida paciendo, correteando, brincando y galopando. Unos cuantos leones permanecían inmóviles al borde de la carretera, algo más lejos se veía una manada de elefantes y mucho más alejado, casi en la línea del horizonte, un leopardo corriendo a grandes saltos elásticos. Todo aquello parecía increíble, inverosímil. Como si uno asistiera al nacimiento del mundo, a ese momento particular en que ya existen el cielo y la Tierra, cuando ya hay agua, vegetación y animales salvajes pero aún no ha aparecido Adán y Eva. Y precisamente aquí se contempla ese mundo recién nacido, un mundo sin el hombre, y por lo tanto sin el pecado; es aquí, en este lugar, donde mejor se ve, y tal cosa es una experiencia inolvidable.»

Extracto del libro Ébano de Ryszard Kapuscinski. No he podido resistirme a compartir este fragmento maravilloso donde el autor detalla magistralmente el sentimiento de pisar por primera vez una reserva natural como el Serengeti o el Masai Mara.

La sabana del Masai Mara salpicada por ñús y cebras

La sabana del Masai Mara salpicada por ñús y cebras

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Cuando los radicales son los budistas

No hay ninguna otra religión hoy en día que más atención reciba que el budismo. No importa de dónde seamos, si de occidente o de oriente. La espiritualidad, el encontrarse a uno mismo, el yoga, el Reiki y todas las submodalidades espirituales que se han impuesto en nuestra sociedad han convertido al budismo en la religión más cool a la que acogerse. Una religión bucólica a nuestros ojos, un modo de vida de paz y amor, sin odio hacia el otro. Aparecen en nuestra mente imágenes de tranquilos monjes rezando y meditando siguiendo las enseñanzas de Siddharta para llegar al nirvana. Sí, es cierto que sus preceptos son admirables. Pero el budismo en Myanmar, o Birmania,  también adopta una postura fanática, y esta vez contra la minoría de musulmanes que viven en el país.

Amanecer en Bagan, Myanmar

Amanecer en Bagan, Myanmar

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Memorias de la guerra de Vietnam

La palabra más recurrente cuando oímos hablar de Vietnam es guerra. La pugna más importante de la postguerra y una gran humillación para el gobierno de Estados Unidos. Una guerra que asentó una nueva manera de entender las guerras y los conflictos. Quizás sea uno de los enfrentamientos mundiales que más se han llevado a la gran pantalla.

Hoy en día a las víctimas vietnamitas de aquella disputa se les rinde memoria. En todo el país se pueden visitar diferentes museos y cárceles donde se pone de manifiesto la brutalidad de aquel conflicto. Vietnam sigue siendo un país comunista (como dato curioso, en febrero de 2014 se abrió el primer McDonalds en Vietnam, en la ciudad de Ho Chi Minh) abierto más o menos al exterior.

Plaza Ba Dinh, donde se encuentra el mausoleo de Ho-Chi Minh

Plaza Ba Dinh, donde se encuentra el mausoleo de Ho-Chi Minh

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